domingo, marzo 19, 2006

Unos días


En los pies la pesadez, y en los oídos el informativo que apenas gozaba de su atención. Aún así, un hombre se esmeraba en comunicar las alzas y las bajas del ganado, el precio de la vaquillona mediana, y el tiempo para esa tarde.
Mientras tanto, sentía desvanecer sus pensamientos como un terrón de azúcar en agua, y se lamentaba que no durara una idea en su cabeza por más de algunos segundos. Sin embargo, algo muy por lo bajo, muy allá en el fondo, estaba siendo procesado hacía ya algún tiempo. Pero nada sabía a ciencia cierta. Presentía solamente que el tiempo pasaba dejándola atrás, y que se ponía cada día mas irascible, incapaz de comprender racionalmente las cosas que en otros días hubieran sido sencillamente una piedra pequeña en su camino, y que hoy, empapadas de cansancio, eran como una montaña imposible de atravesar. ¿por qué sus ojos se perdían por largos momentos en alguna cosa sin poder mirar nada? ¿Por qué sus oídos no escuchaban mas que esos hilos de pensamientos que se deshacían sin conclusiones? ¿Acaso sería eso una enfermedad? ¿Acaso eso sería crecer? ¿Acaso todas las personas no fueran mas que eso? ¿Y si siempre quedara de esa manera? ¿Que tal si fuera un cambio sin retorno? Lo cierto es que caminando a través de las calles veía vivir a la gente, y le parecía maravilloso. Cada cual andaba meditabundo, pensando probablemente en algún quehacer cotidiano, saliendo y entrando de negocios, de oficinas, de hogares. Y ahora no solo el tiempo le pasaba por al lado, sino tambien la vida, las vidas, la conciencia de ser para sí, y la ésta vez mas nítida certeza de su soledad en el mundo, de su sola compañía. Y ahora un poco de desesperación, pero el alivio de creer, de querer pensar fervientemente que eso, también se pasaría.

No hay comentarios.: