jueves, agosto 07, 2014

Terapia intensiva




Ayer compré una galletita de la fortuna, con la esperanza de que el chino del área de empaquetamiento de la fábrica de la suerte haya puesto por casualidad EL mensaje PARA MI justo ahí dentro. Ese que cuando lo lees, decís; LISTO. 


"Es necesario despertar a la realidad".- 
así me dijo. 

"Galletita por la noticia"- pensé. Sólo yo puedo tener tanta FE de balde. Enserio, me gasté $3,50 en una porquería incomible que solo me recordó por dónde ando.

Cerrar la cajita de pandora nada más me ayudó económicamente. 

El espacio de terapia psicoanalítica semanal es un chupa sangre para burgueses incomodados. Te obliga a pagarle a alguien para que te escuche ser una estúpida por cuarenta minutos con la promesa de que nada va a salir de entre esas cuatro paredes. Digas lo que digas, cuando vuelvas todo va a estar bien porque nadie está ahí para juzgar, sino para hacer que por fin una se escuche y entienda por qué es tan siniestra.

Dejar de escucharme por cuatro años tuvo consecuencias desastrosas. Parece que ahora me convertí en una ser sumamente exagerada, incapaz de auto percibir lo bestial de mis afirmaciones, alojadas testarudamente en algún escondite de mi cerebro. Parece que lo cerré con llave y me la comí y ahora revuelvo y revuelvo en mi estómago y todavía no puedo encontrarla. Ni siquiera estoy cerca de abrir esa puerta. Si mal no me-entendí en las pocas sesiones que tuve conmigo misma desde que retomé, la misión sería parar, bajar, salirse. Frenar, dormir, no resistirse. Caer, relajar, abrirse. Detener, rendirse y finalmente parece que por alláaaa se podría vislumbrar algo de lo que queda del ser después de la guerra que uno le da para acomodarlo a la cultura. "El espacio" me tiró la bruta verdad a la cara. No se nada de mi y lo peor de todo, es que me rehúso como una niñata a aceptar que mi mundo me sigue siendo tan extraño como siempre. Y lo mejor: que quizás, después de todo, esté bien que así sea. Ahora habrá que mirarse, para poder volver a desconocerse. Y así. La vida. O no. No sé.


lunes, septiembre 09, 2013

La vida es como la decís.

Me di cuenta que las paradojas se me hacían amigables antes, que sabía reirme de ellas a través de este blog. El problema es que no tengo ya ni de cerca la gracia que otrora tenia para contar mis andanzas y tampoco la perspicacia de tomarme la vida con esos tintes rosados. La vie ne est rose. Rose le peloté. La cuestión es que me vengo a recontrar. Y leyendo, creo que algo aprendí de aquellas notas mentales que en algún momento supieron explayarse por mis dedos directo al cyberespacio y quedar grabadas en este rincón gracias a los estados unidos de américa dueños de toda la internet del mundo.

La vie est comme vous le dites, il est.

La vida es como la enunciás. La vida es cómo la decís. Y yo me la paso hablando de mi vida, y hoy es asim, mañana es asam, y pase lo que pase ni mi naufragio divanero va a lograr llevarse esta conclusión.
Y hoy, más Lucha que nunca, me resisto al molde tibio de la vida y por mas que ensaye no logro incorporarme al mundo sin sentir que el cuerpo va separado de mi mente. En Melmac las cosas han de ser bien diferentes.
Pasé mi etapa de los trabajos de subsistencia, superé los Donald Trumps, los sueldos mitad blanco mitad negro, el data entry, la carga de libros nuevos y hasta el cadetismo. Un buen día Zaz! Soy comunicadora. Me menciono como todas esas letras. Lo interiorizo. Me lo creo. Me lanzo a comunicar a diestra y siniestra. De golpe me siento una feminista. Una rara. Estudio, miro, examino, me convenzo. Soy una especie rara de feminista. Estoy convencida. Bien, gracias. Ahi voy! En el medio puertitas que se abren. “Permisoooo” (tímida) “Pasá”, paso. Entro. Me quedo. Me acomodo. Después sigo por otros lares. Pruebo, chusmeo. Estoy tranquila. Porque hasta ahí todavia tenía veinti... Así, muy tranquila me gané el poder mencionarme a mi misma. Soy una comunicadora rara y feminista (y no necesité intentar que funcione una relación lesbiana para darme cuenta, lo cual me hace mas rara) Y así, al infinito y mas allá. Voy por aquí, voy por allá, surfeando las olas, con miedo pero también con coraje. “Si no lo sé lo intento. Todo es posible”. Positivismo inherente al propio extraño mundo.

Esto para poner en autos, y todo para decir que cumplidos los treinta todo puedo ser hermoso y una mierda a la vez. En pocos meses, una serie de cambios me regresaron aquí. Acá estoy. Re caliente con la vida otra vez, porque no la entiendo. Me puse a estudiar de nuevo, justo cuando por un error en la matrix me olvidé que había que estar bien loca para volver al claustro. Y de buenas a primeras ahi me vi, sentada frente a un “detentor del saber” que quiere explicarme por dónde viene. Con un poco de paciencia lo superé y me senté a escribir en el cuadernito.

La suerte venía de mi lado, todo iba saliendo como el destino indicaba que tenía que salir: a mi favor siempre. Ahí fue cuando conseguí un trabajo en el Estado. Gracias Argentina, por fin me abrazaste en tu seno........ así fue como me convertí... lean bien, en la Reina del PPT (doble P guanacos, doble P). Todo lo que hago desde hace un año son presentaciones en power point, aunque también di una vueltas por el prezi. Media maestría y una carrera de grado para ser La Reina del PPT. Pero destino quiso torcer el rumbo, y ahi fue cuando dije “acatáaaaa”. Entré a laburar en un proyecto lac, osea latinoamericanoydelcaribe. Vamos carajo! Ahora si, me motivé. A generar comunicación con énfasis en los procesos! Si señores! No. No señores. A nadie le importan los procesos señores. “Flipé?”. Si, flipaste. Dale, laburá sola. Bueno.

Positivismo se interpuso. No es que me dejé caer. “Al menos estoy ahorrando. A ver, ¿que hago? Ah si! Me hago la burguesa”. Compré cosas. Clin, clin clin. Caja. Deme este, deme aquel. Este lo pongo acá, este allá (debo decir a mi favor que jamás sucumbí ante una revista de decoración). Me siento y digo: “Ah... que bien! en cualquier momento debe estar por sentirse la felicidad.” En dos meses cambié el color de toda la casa, compre muebles, me mudé de habitación, me inventé una oficina... Debe estar por llegar. “Eu! Acá! Acá esta la puerta Felicidad! Mirá como puse todo. Pasá!!! Dale” Nada. No. Sólo abro la puerta y veo una casa que no es la mía, porque la mía era de otro color. Duermo y despierto mirando un techo raro. Dónde están mis muñecotes? Ah cierto, los regalé a todos, cierto que crecí. Cierto que ahora soy treinti. Bueno, dejo la puerta abierta. Debe estar por llegar.

Dendemientras... mis pensamientos juegan con poner un kiosco y darle la revancha a ese sueño de vieja data de abrir todos y cada uno de los chicles hasta encontrarlo finalmente. Ahí lo veo, diría que casi lo tengo enfrente. Es él, “el envoltorio dorado”. Y es mio!  

viernes, septiembre 28, 2012

Mi Objeto de memoria.

Cuando supe sobre la consigna de una de las materias de la Facu, de compartir en clase un objeto de memoria, mi primera reacción fue preocuparme, porque en realidad no se me venía a la cabeza ningún recuerdo de algún fetiche seten/ochen/toso que haya guardado mi familia. 
Soy nacida en Ushuaia y con mis papás nos mudamos algunas veces incluso de provincia, aunque la mayoría de mi vida transcurrió en mi ciudad de nacimiento. Hemos vivido hasta en una casilla rodante, dónde el espacio era todo un tema, con lo cual supuse que guardar recuerdos podría haber sido casi imposible. Hablé con ellos para contarles la consigna, casi sin esperanzas de que entre mudanza y mudanza hubiese quedado algo. Quizás- pensé- podrían mandarme alguna foto.

Pero había borrado un recuerdo importante. Resulta que mi viejo, mencionó más de una vez que  guardaba los diarios de la semana de mi nacimiento y todos los del periodo del juicio a las juntas. No lo tenía presente y a pesar de militar muchos años en derechos humanos, jamás se los había pedido. Mi papá sí lo tenía en mente, entonces me lo recordó: “tengo los diarios de la semana en que naciste y el del día de tu nacimiento, que fue el día en que se anunció el fin de la guerra... Además todos los del juicio a la juntas...los guardé, porque no sabíamos en esa época lo que iba a pasar.”


Mi objeto de memoria siempre había estado ahí, incluso en algún lugar de la casilla rodante, poniéndose amarillo, esperando la señal para salir a hacer su gracia.
Por alguna razón que deberé tratar en terapia, nunca me había acercado a mi papá para pedirle que finalmente me entregara lo que él habia guardado para mi durante 30 años, ni él había atinado a sacarlos a la luz. Ésta ocasión fue más que una buena excusa.
Aún no sé porqué nunca se los había pedido. Quizás mi militancia nos alejó por alguna extraña razón, posiblemente por algo tan simple como el miedo o por desconocernos el uno con el otro. 


Ésto sin duda nos ayudó a acercarnos. Mi viejo me envió por correo los diarios de aquella semana en la que esperaban el fin de la guerra y a la a vez en la que me esperaban a mi. Nadie puede decir que no fuí una estratega innata. Supe bien cuando salir. El 15 de junio de 1982 el diario anunciaba el final de la guerra de Malvinas, una aventura militar ridícula, último manotazo de ahogado de un régimen asesino y prepotente para continuar “sólo un poco más” en el poder. Sentarme en casa a leerlo fue una experiencia emocionante, porque además del testimonio de época, encontré en ellos a un papá preocupado, que pensó que había una historia que yo iba a tener que saber.


“Eso si”- me dijo Burgos por teléfono- “me vas a tener que disculpar, pero los diarios... son Clarin”.



domingo, febrero 05, 2012

Nunca menos verdadero


Cuando era chica tenía un árbol. Le había hecho una escalera y subía hasta su tronco mas grueso para quedarme leyendo alguna cosa. Mis perros me esperaban abajo sin apuro.

Además, sobre un claro en medio del bosque, tenía una casita. Sólo yo y mi hermana mas chica podíamos verla. Había una mesa de cajón de manzanas, un florero de lata, habitaciones, puertas, ventanas, y todo lo que se necesita para vivir... Teníamos también el árbol bandera, que vencido por el viento admitió su forma y vivió tranquilo por años mientras nosotras llevábamos a cada visitante para que lo vean como si fuera la mujer barbuda de un circo.

Teníamos un arroyo en el que se pescaba con abrojos y una montaña dónde nos convertíamos en escaladoras profesionales. Con sogas, burlábamos las alturas para llegar a la cima y volver a bajar corriendo para otra vez subir. Y esas mismas subidas se convertían en veloces bajadas cuando estaban nevadas y las usábamos para jugar con los trineos. También teníamos un iglú grandísimo que hicimos con mi papá un invierno de mucha nieve.

Si cierro los ojos puedo recorrer cada rama de la casita que dejamos atrás hace ya demasiados años. Puedo subir de a uno los escalones de mi árbol, puedo armar una y mil veces mi caña con carnadas de abrojos. Puedo ver y sentir la piel de mi perros y su respiración cansada detrás, cuidando nuestros pasos.

Y aunque pasan los años y las cosas ya no son las que eran... sigo teniendo la capacidad de ver mi árbol, mi casita, mi arroyo, tal y como los veía antes. Quizás un poco menos tangible, pero nunca menos verdadero.


sábado, octubre 29, 2011

Susto


No vaya a ser cosa que me deje llevar por el viento hasta darme cuenta que viajé tan lejos... que ya no sé volver. Por que... es necesario volver... ¿no?

Por eso retomé a Cortázar. Porque me enamora en cada párrafo, y no hay otro como él, porque él siempre está ahí. En mi mesa de luz, en la repisa, en la biblioteca, en la librería. Ya se dónde ubicarlo. Gran invento. Sencillamente genial. Igual no siempre funciona. Te encuentro entre renglones. Eso es trampa también.

Necesito salirme por un rato de lo que me está pasando. Busco fotos y reconfirmo que esa soy yo y que los otros son mi gente. Tengo amigos, tengo un mundo que va más allá de vos. Sí, lo confirmo. Están ahí y siempre van a estar. Entonces me calmo un poco, todo sigue en su lugar. También mi cuerpo, aunque cuando mi cabeza está distraída, suele tener la osadía de dejarse llevar.

Ahí va volviendo a su lugar el avispero. Que no se mueva tanto, que vuelve el vertigoPor eso retomé la escritura. No va a ser cosa que yo no exista, que no sea nada.



lunes, septiembre 19, 2011

Vino, charleta y desviaciones instintivas de tercer grado.


La culpa de mi ausencia en mi propio extraño mundo es en gran parte de mi psicoanalista. Ella divina, no es menos cierto. Pero ¿exageré en el desanudamiento? ¿O es simplemente que voy creciendo y me voy poniendo aburrida? No lo sé.

- ¿Será que se me agrandó de mas el asteroide?-

Hoy viajaba para BsAs y al lado mio venía una pareja de mas o menos 70 años. Él con una boina a cuadros y un saco gris, achinaba los ojos para leer un cartel pegado en el baño. Ella leía las necrológicas del diario local. Dos clichés de vegestorios. Primero me dió como un sentimiento amoroso:
-Ay.. pero que lindos viejitos, tan amorosos...-

Pero después... después me brotó otro sentir, bastante distinto... Lo tendré que admitir... malditos viejos: me dieron envidia.
¿Estoy mal?
Es que ella le contaba sobre los muertos del día, y él le ponía atención y trataba de hacer memoria de cuál era el muerto. Ella le referenciaba medio barrio, y el miraba el horizonte muy concentrado tratando de recordar, como si el asunto fuera de vida o muerte (cuac). Después cambiaron el tema, y él le explicaba que el tránsito estaba infernal y no sé como terminó hablando de la onda verde de nuestra ciudad de las diagonales, según él, privilegiada por la más fina sincronía.
En un momento se reían. Y después el viejo se durmió con la mano en la pollerita marrón de la señora... Y ahi volvió la malvada Lucha, en su extraño mundo... que se consolaba muy lironda (censurado para menores):


-Ah, seguro de joven el viejo era de terror... capaz también la cascaba y la vieja aguantaba.

Mala! Me salió muy mala. Muy de adentro. Muy de ex Lucha. {¿Qué pasó? No ibamos a empezar a creer en el amor vos y yo? ¿Cuándo? No te hagas la tonta!!}- (perdón por la interna)

Pero disculpemos-me
¿Estoy mal?- me preguntaba líneas arriba.
No señora. No señor.
Pero estoy sola, y eso explica muchas cosas!

Capaz que quiero que alguien me hable de la onda verde, y leerle- no las necrológicas, porque nunca me van a gustar, pero- por ahi el horóscopo chino.

Yo-"Riqueza: Si vives pendiente de tus negocios, relegarás tu vida privada a un segundo plano. Que lo económico no gobierne tu existencia."
Él (divino)- Groso, le pegó justo
Yo- viste amor, que loco ésta estupidez total del horoscopo no?
Él (divino y re charleta)- Si, tan loco como la onda verde y... (blablablablablabla hasta que se duerme sentado)

No sé. Digo, es bastante poco lo que pido. Puedo variar las temáticas también.
Y bueno, yo creo que quizás todo eso me está poniendo un poco aburrida. Todavia no encontré a quien leerle el horóscopo y mientras se toma su buen tiempo en llegar, yo envidio a esos dos viejitos que se tienen entre si.

Hoy me debatía entre viejas ideas todavia muy arraigadas en mi del tipo "ah, no es necesario andar complicándose la existencia con relaciones", frente a nuevas ideas, un poco mas pensadas quizás (después de que la aplicación de las anteriores dejaron saldos negativos):

Ex Yo-Las relaciones pueden ser un verdadero culebrón interminable y doloroso.
Yo - Si, es verdad. Pero no por eso todas son iguales.
Ex Yo- Bueno si, que se yo, a alguien le habrá pasado alguna vez que no fue todo una cagada...
Yo- dale basta apocalipsis now!
Ex Yo- no me rompas mas los ovarios creída del orto! que te hacés la que te las sabés todas y que ahora superaste tus conflictos, pedazo de mersa. Andá lavarte el culo con puloil.
Yo- ma si, con vos no se puede hablar: adolescente!

El cambio de óptica con el que ando luchando al momento tiene mas que ver con el "para qué". A veces me siento sola porque si bien siempre me rodea gente, no necesariamente esa gente me acompaña. Quizás es ésta etapa de la vida, no hago una valoración al respecto. Pero por eso me decía, un poco murmurando para adentro (no vaya a ser cosa que ni yo misma me escuche) que quizás me vendría bien un compañero. Y es que por lo menos algunos tramos de la vida merecen compartirse.
Este es mi tramo de vino, charleta y desviaciones instintivas de tercer grado. De éstas últimas nunca faltan, pero las dos primeras son también interesantes. Quizás sea tiempo de dejar la puerta entreabierta.

Ex Yo: Y si lo único que entra es un chiflete?
Yo: ... me pondré un poncho.
Ex Yo: Y si igual te agarrás terrible resfrío?
Yo: una aspirina!! Nadie murió por moquear un poco ¿no?
Ex Yo: ...

jueves, enero 06, 2011

La despedida


Estos años que pasaron- quizás los últimos tres o cuatro- aprendí tantas cosas que por un momento pensé que ya no podía mas:

_ Ops! No queda mas espacio disponible en su disco. Lo siento, el sistema va a colapsar!

Afortunadamente siempre podemos hacer lugar:

_ remove estupideces y estúpidos de la unidad L: (de Lucha)

Quizás el que acaba de pasar fue uno de los años mas vertiginosos que viví en muchos aspectos, pero también uno de los más luminosos. No porque haya tenido un encuentro con el Espiritu Santo, ni porque me haya hablado Zaratustra. Evidentemente lo que sí hice fue arrimarme un poquito mas a mi locura.

Por eso el 31 de diciembre de este año por fin llegó el día. Estaba agotada, como todos los fin de año que encima terminan en reunión familiar. Parada alrededor de la mesa, a punto de recibir al 2011, copa en mano, sentí la pesadez en el cuerpo. No pensaba en casi nada y lo único que me encargué de revisar ésta vez fue que mi copa estuviera lo suficientemente llena.

A las 0.00 brindé para mi;

Yo- Chin Chin! porque estos doce meses me echaron arriba un poco de claridad y no un poco más de tierra.

Y después ya si Chin chin por aquí, Chin chin por allá.

Pasado el brindis salí para mirar los fuegos artificiales. Nadie me siguió porque hacía mucho frío, así que ahí estaba yo en el mismísimo fin del mundo... y ahi fue cuando me disculpé.

Yo- Bueno querida, gracias por la compañía de todos estos años...pero llegó el momento de arrancar sola. Desde acá vos por tu camino y yo por el mio.
La Culpa- Te voy a extrañar. Has sido tan fiel a mi...
Yo- Si bueno pero... mejor andá a buscarte quien te quiera. Pegáte a alguien ávido de auto flagelación...
La culpa- Si, pero dónde?
Yo- no lo dudes, entrá en la primer iglesia que encuentres.

Así fue. Y me quedé ahí, sola por primera vez. Una chica en el culo del mundo. Las estrellas. Un nuevo año. ¿Que más se puede pedir?


Y ahora no sé. No sé. Voy a tomarme el tiempo necesario para ver hacia donde ir primero. Porque un viaje íntimo no es para planear en un rato y porque no hay porqué correr... parece que al final el sol siempre va estar ahí arriba... y eso amigos y amigas, es algo que nunca hay que borrar del disco duro.