Si yo tuviese un pito invocaría de continuo a que lo chupe mas de uno. (ESE DEBERÍA SER EL COMIENZO MAS ATRAPANTE DE LA HISTORIA LITERARIA, DESPUÉS DE AQUEL QUE DICE QUE AURELIANO BUENDIA RECUERDA FRENTE AL PELOTÓN DE FUSILAMIENTO CUANDO SU ABUELO LO LLEVA A CONOCER EL HIELO!!! )
Prosigo. Puede parecer que soy una grosera repugnante, y que este blog chorrea inmundicia, pero cabe aclarar que es lo poco que hay. Al que soporta seguir leyendo le explico: por unas de las pocas cosas en el mundo por las cuales envidio al hombre es que ellos tienen una frase genial que yo, por cuestiones de diferencias fisiológicas no puedo usar y es: “que me chupen bien la ----ja”. Como soy una señorita, y es de conocido dominio que las nenas para esta cultura, tienen que ser por lo menos un retoño de amor si quieren ser aceptadas, no encuentro frase que le equivalga que no me haga sonar como una repugnante escoria planetaria. El mundo no me gusta (ha quedado por de mas sentado aquí) pero hay algo que es muy cierto; ya estoy acá y no me queda otra que vivirlo. Y vivirlo es también marcarlo. Ojo con esto, ya lo retomaré en futuras entradas. Pero volviendo al tema que nos compete (cuac) decía, que por eso busco y encuentro otras formas de decir algo tan directo, pero totalmente remodelado para que me acepte esta cultura donde las nenas tienen que ser finas. Cuando la tolerancia llega a límites extremos, y la necedad no entra en razones, encuentro generalmente placentero practicar diversas formas de decir lo que no es conveniente. La primera es la menos recomendable y la mas directa, una especie de sarta de puteadas mal encadenadas por la emoción violenta. Pero resulta que las mas usuales, como “andá a la mierda”, son insultos tan insulsos como las papas fritas sin sal. “Agarrame una teta” genera el desgarro de las vestiduras de mas de uno que se la da de abierto. “Curtite” me gusta, pero no la alcanzo a saber usar y no es mia. La que mas me está gustando practicar es la mudita (que por ahí les recuerda otras prácticas que nada tienen que ver con esto). La mudita mira y escucha. Pero mientras tanto tiene la capacidad de hablar para adentro. La mejor parte de la mudita es cuando por fin se logra quedar sordita y solo ver la cara de la persona a ser mandada al carajo, gesticulando, o riendo, o lo que fuera. Entonces ahí se mezcla su facción, con la reflexión que uno le hecha por dentro. Es buena, pero solo se puede disfrutar completamente si se sabe ser amigo de uno mismo, quiero decir, si por ejemplo uno tiene la costumbre de hacerse chistes solo.
Otra buena manera de echar a rajar el mundo es sentarse un rato ante un papel o una pc y garabatear estas pavadas, a las que cualquiera puede contribuir con un comentario, ya que no creo ser la única que sufra de intolerancia.
Lo importante amigos, es contener esa puteada, a no ser que ya sea algo bien decidido y pensado. Una puteada bien dada puede hacer maravillas, e incluso hacernos pasar a la inmortalidad cotidiana... pero una puteada en caliente, en el momento menos oportuno, nos puede arruinar. Todo esto lo digo por experiencia!!!!!! Una de las pocas que tengo, y una de las pocas de las cuales voy a jactarme, ya que me están poniendo de los cables las personas que se jactan de experiencias de las cuales evidentemente no han aprendido nada. Ven, solo esa frase final es mi puteada, engalanada de entrada de blog. Será hasta que las mujeres por fin tengamos el equivalente a la frase envidiada, o hasta que no debamos sufrir mas de diferencias, momento en el cual, no deberemos tampoco disimular nada. Hasta la vista terricolas.
Prosigo. Puede parecer que soy una grosera repugnante, y que este blog chorrea inmundicia, pero cabe aclarar que es lo poco que hay. Al que soporta seguir leyendo le explico: por unas de las pocas cosas en el mundo por las cuales envidio al hombre es que ellos tienen una frase genial que yo, por cuestiones de diferencias fisiológicas no puedo usar y es: “que me chupen bien la ----ja”. Como soy una señorita, y es de conocido dominio que las nenas para esta cultura, tienen que ser por lo menos un retoño de amor si quieren ser aceptadas, no encuentro frase que le equivalga que no me haga sonar como una repugnante escoria planetaria. El mundo no me gusta (ha quedado por de mas sentado aquí) pero hay algo que es muy cierto; ya estoy acá y no me queda otra que vivirlo. Y vivirlo es también marcarlo. Ojo con esto, ya lo retomaré en futuras entradas. Pero volviendo al tema que nos compete (cuac) decía, que por eso busco y encuentro otras formas de decir algo tan directo, pero totalmente remodelado para que me acepte esta cultura donde las nenas tienen que ser finas. Cuando la tolerancia llega a límites extremos, y la necedad no entra en razones, encuentro generalmente placentero practicar diversas formas de decir lo que no es conveniente. La primera es la menos recomendable y la mas directa, una especie de sarta de puteadas mal encadenadas por la emoción violenta. Pero resulta que las mas usuales, como “andá a la mierda”, son insultos tan insulsos como las papas fritas sin sal. “Agarrame una teta” genera el desgarro de las vestiduras de mas de uno que se la da de abierto. “Curtite” me gusta, pero no la alcanzo a saber usar y no es mia. La que mas me está gustando practicar es la mudita (que por ahí les recuerda otras prácticas que nada tienen que ver con esto). La mudita mira y escucha. Pero mientras tanto tiene la capacidad de hablar para adentro. La mejor parte de la mudita es cuando por fin se logra quedar sordita y solo ver la cara de la persona a ser mandada al carajo, gesticulando, o riendo, o lo que fuera. Entonces ahí se mezcla su facción, con la reflexión que uno le hecha por dentro. Es buena, pero solo se puede disfrutar completamente si se sabe ser amigo de uno mismo, quiero decir, si por ejemplo uno tiene la costumbre de hacerse chistes solo.
Otra buena manera de echar a rajar el mundo es sentarse un rato ante un papel o una pc y garabatear estas pavadas, a las que cualquiera puede contribuir con un comentario, ya que no creo ser la única que sufra de intolerancia.
Lo importante amigos, es contener esa puteada, a no ser que ya sea algo bien decidido y pensado. Una puteada bien dada puede hacer maravillas, e incluso hacernos pasar a la inmortalidad cotidiana... pero una puteada en caliente, en el momento menos oportuno, nos puede arruinar. Todo esto lo digo por experiencia!!!!!! Una de las pocas que tengo, y una de las pocas de las cuales voy a jactarme, ya que me están poniendo de los cables las personas que se jactan de experiencias de las cuales evidentemente no han aprendido nada. Ven, solo esa frase final es mi puteada, engalanada de entrada de blog. Será hasta que las mujeres por fin tengamos el equivalente a la frase envidiada, o hasta que no debamos sufrir mas de diferencias, momento en el cual, no deberemos tampoco disimular nada. Hasta la vista terricolas.