lunes, marzo 27, 2006

La droga es un viaje!!!!!! de ida, bueno si.

Me intoxiqué el sabado a la noche con dos pastillas que nada tienen que ver con provocar alucinaciones ni cosas por el estilo. Lo aclaro para que no me tilden de amiga de las pastillas que van adentro de un ojo o ese tipo de porquerías que te dejan el cerebro como un chicharrón. Las pequeñas y viles dosis son legalemente medicinales y las ingerí a los efectos de calmar mi dolor ovárico. Pero un sabado a la noche no se puede conseguir otra cosa para bajarlas que cerveza... poco recomendable, lo digo ahora que lo sé.

Tiempo despues de ingeridas y mezcladas en el estómago, la cabeza (que ya no era mia) comenzó a hacer un efecto trompo. Cual si estuvieran de huelga por tiempo indeterminado, mis sentidos dejaron de reaccionar a las ordenes cerebrales. Un rato mas tarde, un amigo intentaba hacer que yo me tirara un gas, vaya a saber por qué extraños gustos masoquistas... deseo al cual no accedí, de suerte para los comensales. Me rescaté por unos segundos y me fui a dormir. Cuando me desperté (10.30) pensé que mi ventilador cabeza de jack estaba prendido pero no. Las paredes tampoco eran las que se movían. Mi hna con la mejor onda que tiene se levantó como a las dos de la tarde y cuando me vio me mandó a la mierda con la cara, queriendome decir que esa imagen de resaca dominguera era figurita repetida ahí en mi cuarto. La voz no me salìa ni para rogarle agua, ni siquiera para explicarle que estaba extrañamente drogada. Me quedé como un muertito por varias horas, esperando que el vomito venga a mi, pero no pasaba nada. Así que me levanté y me tomé un taxi, que sí me provocó las ganas de devolver aunque sea lo que no habia explotado adentro de mi estomago. Retuve las ganas. El taxi llegó a destino. Me bajé y comencé a rascar las paredes.

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