Aunque suene contradictorio (y quizás sencillamente lo sea) desde hace un tiempo me estoy preguntando si es que de algo sirve preguntarse tanto. Quiero decir, quizás no haya respuestas suficientes nunca, con lo cual es muy posible que nisiquiera sea productivo andar planteandose tanto, con tan poco resultado. La respuesta no llega hasta que es un hecho (si ocurre) y parece ser que ahi nomás, casi inmediatamente, surge otra nueva.Claro que vivir no es solo existir, y no es que me esté proponiendo una vida amébica y sin sueños, ni una existencia azarosa o una biografía marchantica. Al contrario, me planteo si valen la pena "tantas" preguntas. Quizás el problema no esté en las respuestas sino en cómo se formulan los planteos. ¿Y es que acaso la verdadera forma... ?
Aaaahh, ya basta.



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